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La hoja de ruta de Peter Lim con el Valencia CF: permanencia, firma de Goldman Sachs y venta del club

Peter Lim junto a su mujer, Cherie, y abajo Layhoon.

Carlos Navarro Castelló

València —
13 de abril de 2025 23:01 h

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¿Qué quiere hacer Peter Lim con el Valencia CF? Esta es la gran pregunta que se hacen los aficionados valencianistas que cada vez ven más cerca la permanencia del club un año más en primera división, tras la excelente reacción del equipo con la llegada del técnico Carlos Corberán.

elDiario.es lleva semanas trasladando esta preguntas a diversas fuentes de toda solvencia y la respuesta es unánime: Lim está en pleno proceso de venta del club, es decir, todos los movimientos que viene realizando en los últimos meses van encaminados a un único objetivo que no es otro que desprenderse de su mayoría accionarial. Así pues, la hoja de ruta trazada pasa por rubricar de forma matemática la permanencia, firmar en el mes de mayo el crédito de Goldman Sachs, piedra angular de toda la operación, y a partir de ahí, que se concrete alguna de las ofertas que ha recibido en los últimos meses, siempre y cuando alguna de ellas cumpla sus expectativas.

Y es que, son muchos los movimientos que apuntan en la dirección de la venta del club. El primer condicionante para hacerlo posible lo consiguió el pasado verano y pasaba por garantizarse de nuevo la obtención de los derechos urbanísticos cuya vigencia quedó en el aire una vez se caducó la Actuación Territorial Estratégica (ATE). De este modo, se asegura una edificabilidad en el viejo Mestalla que indirectamente multiplica el valor de sus acciones y que aporta seguridad jurídica al futuro comprador. Eso sí, todo ello condicionado a que el máximo accionista (el actual o el futuro) finalice el nuevo estadio en los plazos comprometidos, lo que soluciona un problema urbanístico endémico y de rebote devuelve a València una mínima opción de ser sede del Mundial de 2030, puesto que actualmente está fuera de las ciudades seleccionadas.

Otro de los movimientos significativos ha sido la repentina salida de la expresidenta Layhoon, unido al silencio que guarda el club desde entonces, más allá de la escueta nota con la que anunció su relevo por Kiat Lim, hijo del máximo accionista, quien tampoco se ha pronunciado sobre sus intenciones futuras con el club. De esta forma, por primera vez, el magnate ha vaciado la gestión del día a día de la entidad de personas de su entorno más cercano. Nadie de Singapur en València para controlar y reportar los asuntos de más calado. A esto se añade la total parálisis en la planificación deportiva de cara a la próxima temporada.

Paralelamente, se ultima la firma del segundo crédito de Goldman Sachs de hasta 320 millones de euros para finalizar las obras del nuevo estadio. Unas obras que según la auditoría externa del Ayuntamiento de València ascenderán a 250 millones (impuestos incluidos) a los que habrá que añadir los 11 millones del polideportivo de Benicalap, la demolición del viejo Mestalla y la rehabilitación de la chimenea histórica.

Las fuentes consultadas afirman que la guerra comercial iniciada por Estados Unidos no supondrá ningún problema para la consecución del crédito en mayo, en el que Goldman Sachs interviene como intermediario para que terceros fondos inviertan en el club con los futuros rendimientos que aporte el nuevo estadio como garantía de pago. Aunque el Valencia CF no ha dado a conocer aún oficialmente la cuantía de este segundo crédito (ya obtuvo otro antes de final del pasado año de 180 millones con los que refinanció su deuda), sí que se ha deslizado que estaría entre 200 y 220 millones de euros.

La llegada de esta segunda inyección es clave porque permitiría devolver 60 millones de los primeros 180 recibidos y garantizar la financiación del nuevo estadio, junto a los 80 millones de CVC y a los 35 de la venta del terciario de Cortes Valencianas a Atitlan. La finalización del nuevo estadio, al mismo tiempo, es la llave que abre la posibilidad de vender los 75.900 metros de edificabilidad residencial ubicados en la parcela del viejo Mestalla más otros 14.000 de terciario, tal y como recoge el acuerdo del pleno municipal del pasado verano. De ahí que el crédito de Goldman Sachs se antoje clave en toda la operación y que una vez se firme, Lim tenga el camino despejado para poder vender su paquete de acciones.

Una ecuación que, al mismo tiempo, cierra la puerta a la posibilidad de rehabilitar el viejo Mestalla, opción que se ha convertido en un clamor entre la afición, pero que ahora mismo nadie con poder de decisión quiere entrar a debatir o analizar. Y es que, la posibilidad de construir viviendas en esos terrenos da un importante valor adicional al club, y por lo tanto, a las acciones de Lim. Así, el futuro propietario comprará una entidad con una deuda estructurada, con una financiación que le permitirá afrontar los pagos para finalizar el nuevo estadio y, cuando esto suceda, con la posibilidad de vender o desarrollar una de las mejores parcelas de la ciudad.

Y, ¿por cuánto valora Lim todo esto? Las diversas fuentes consultadas aseguran que la cantidad que pedirá de inicio el magnate de Singapur estará más cerca de los 600 millones que de los 400 que se viene comentando. La explicación es que en este tipo de grandes operaciones denominadas de capital inversión (del inglés private equity) los vendedores han obtenido históricamente de media un retorno de un 15% anual de rentabilidad con respecto al dinero invertido. De no ser así, en el ámbito financiero no se consideraría una buena venta. En el caso de Lim, ha inyectado cerca de 300 millones en los más de 10 años que lleva en València. Si vendiera por 600 millones, cosa poco probable, habrá obtenido un retorno anual respecto a lo invertido del 10%.

De esta forma, una vez el club confirme su permanencia y se firme el crédito de Goldman Sachs, se producirá el escenario idóneo para que se haga efectiva la venta y a buen seguro en ese momento se multiplicarán los rumores en este sentido. Pero esto no garantiza ni mucho menos que se vaya a cerrar una transacción. Dependerá de que alguna de las ofertas que reciba Lim colme sus expectativas, algo que está por ver.

Sobre los posibles compradores, se trata sin duda el secreto mejor guardado. Las fuentes consultadas han comentado que habiéndose realizado la refinanciación de la mano de Goldman Sachs, que sin duda en caso de hacerse efectiva la venta del club tendrá mucho que decir al respecto, cuanto menos confirmar la solvencia del nuevo propietario, lo lógico sería que fuera alguien vinculado a algún fondo de inversión norteamericano o, en segunda instancia, árabe.

Como ya informó este diario, el expropietario del Leeds, Andrea Radrizzani, es uno de los que ha contactado en los últimos meses con los representantes legales del magnate de Singapur. Radrizzani se hizo con el 57% del club inglés en 2017, pero decidió desprenderse en 2023 de su paquete accionarial por unos 170 millones de libras después de una desastrosa temporada. El empresario italiano tuvo a sus órdenes al técnico, Marcelo Bielsa, y al actual entrenador del Valencia CF, Carlos Corberán, como segundo del argentino.

Otro que en su día tanteó a Lim, según ha podido saber esta redacción, es el propietario de la Roma y del Everton, Dan Friedkin, propietario del grupo inversor norteamericano Friedkin, quien ya mostró interés por el Valencia CF en el año 2020, antes de comprar la Roma. A finales del pasado año se hizo con la mayoría accionarial del club inglés por unos 400 millones de libras.

Ya en el terreno de la rumorología se ha especulado con el interés del griego Evangelos Marinakis, accionista del Forest y propietario del Olympiacos, y del príncipe de Johor, Tunku Ismail e incluso del príncipe de Arabia Saudí y propietario del New Castle, Mohammed bin Salman.

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